¡Como cambia tu cesto de la compra cuando aparece una intolerancia!


No eres consciente de todo lo que tienes que leer y controlar al hacer la compra hasta que algún miembro de tu familia adquiere una intolerancia, en mi caso es mi hija Laura Yu y su intolerancia es a la lactosa.

Afortunadamente ella tolera pequeñas cantidades de esta pero preferimos que el consumo sea casi nulo en casa y así cuando tiene alguna fiesta o simplemente se va a casa de alguna amiga puede hacer un extra o kit kat que dice ella.

Productos que eran “ fondo de armario” de mi despensa casi han desaparecido y tan solo entran en un momento puntual. Al principio iba comprando por duplicado, mantequilla y margarina sin lactosa. Leche y leche sin lactosa y así hasta tenerlo todo a pares y encima siempre uno de los dos se acababa estropeando, caducando o simplemente pasando al olvido.

Ello también encarecía la cesta de la compra así que al final he optado por que en casa se consuman de modo general productos sin lactosa. Me facilita la compra, reconozco que son un poco mas caros que los productos con lactosa, pero bastante menos que seguir realizando una compra doble.

Sin embargo no por ello mi vida es más cómoda ahora ya que me encuentro que hacer la dichosa compra me cuesta el doble tiempo, ciertamente llevo una chuleta que hago antes de salir de casa con que productos hay de mi lista sin lactosa y voy directa a la marca pero ello no evita que como todas , vaya ojeando que hay en las estanterías del súper. Lo malo de esto es que acabo leyendo en versión miniatura los episodios nacionales, esa colección de libros que mi padre adquirió al circulo de lectores siendo yo adolescente y que te tenía previsto leer en el momento que se jubilase. Ya tiene 82 años y aún no ha leído ninguno... ¿no se a que jubilación se refería...?

Me encuentro cambiando de gafas, porque encima y para mas cachondeo este ha sido el verano en el que he dejado de leer de cerca sin ayuda de gafas, eso si, tengo que agradecerles a todos los fabricantes que hagan mejor labor que mi oftalmólogo ya que gracias a ellos he detectado lo que de otro modo hubiesen pasado años o décadas (es lo que tiene el kindle que si no ves bien la letra la haces mas grande y punto pelota).

Tengo que deciros que desde que tan apenas consumo lactosa, ya que como yo no soy la intolerante y si muy “quesera” aprovecho cualquier oportunidad para darme un pequeño placer, tengo digestiones más ligeras y casualmente tan apenas acidez de estomago. Postres como el flan de huevo que me sentaba como una patada al estomago lo digiero de maravilla y a cada día que pasa sin tanta lactosa voy descubriendo mejorías en mi organismo. No por ello quiero deciros que no toméis lactosa, mas bien que si notáis que no os termina de sentar bien las comidas hagáis un pequeño experimento dejando de consumirla o bajando este.

Me ha costado unos cuantos meses llegar a normalizar mi cesta de la compra con la nueva costumbre, pero creo que ha sido lo mas acertado; hacer una despensa apta para tolerantes e intolerantes. Seguimos extrañando y mucho la Nutella, hemos comprobado que el roquefort si se puede comer, es decir,  que le sienta bien a la peque y por lo tanto ha vuelto a casa.

La calidad del embutido que entra en casa ahora es magnifica (joselito, casi nada lo del ojo y lo tenía en la mano) aunque eso si, en menos cantidad pero bueno evitamos saturarnos de grasas y poco a poco en los restaurantes y cafeterías vamos encontrando la posibilidad de consumir productos sin lactosa, cosa que hasta hace bien poco no era posible.

Y ahora os pregunto yo ¿tenéis problemas de intolerancia en casa?¿en que ha cambiado vuestro modo de hacer la compra?